Los siete granaderos. Verdad o leyenda?

La siguiente  reseña pertenece a la página de "Granaderos  del Bicentenario" donde confirma lo que hemos afirmado muchas veces en nuestras charlas, el Gral. Pedernera estuvo presente cuando trasladaron los restos de San Martin y fueron depositados en la Catedral de Bs. As. en 1880. 


LA FÁBULA QUE NO QUIERE MORIR.


Repetitivamente, cada tanto, resurge de las cenizas. Cuando pensábamos que por fin habia desaparecido, vuelve a renacer.

Nos referimos a la fábula de los famosos siete Granaderos que aparecieron de la nada, en 1880, escoltaron la llegada de los restos del General San Martín, y volvieron a desaparecer tan misteriosamente como habían llegado. Romántica historia, pero absolutamente falsa.

Primero habría que hacer un marco histórico a la fábula. La historia dice que eran siete viejos Granaderos. Pero la pregunta surge. ¿De cuando eran Granaderos? ¿De la fundación del Regimiento, 1812, o de la Campaña del Perú, 1824?. Porque los integrantes del Regimiento fueron cambiando con el tiempo, y las nacionalidades también. Supongamos que eran de la primera época. 1812. Para la llegada de los restos del General en 1880, habían pasado 68 años...

Es decir, que los siete, deberían ser largamente octogenarios en 1880.

Esa fábula dice que siete viejos -octogenarios- vinieron con sus caballos, desmontaron, e hicieron guardia durante toda la noche del 28 de mayo, y a la mañana del 29, volvieron a montar y desaparecieron. Verdaderamente notable que siete ancianos lograran tal proeza.

Y la historieta dice que lo hicieron con sus viejos uniformes. ¿Cuales uniformes? Porque los que usaron en San Lorenzo, eran distintos a los que usaron en Ecuador. ¿Sabías que en Ecuador usaron ponchos?.

La llegada de los restos del General significó una gran fiesta popular, en la que las celebraciones, estuvieron muy bien documentadas. 

¿Y saben que? No hay ni una foto de los siete. No la hay. No hay ninguna nota periodística que los mencione, ni en diarios, ni semanarios. Nada de nada. Todo esto fue debidamente investigado en archivos nacionales, y hemerotecas.

¿No sería notable que de la nada, apareciera un anciano con uniforme, e hiciera guardia al lado del ataúd del General, QUE FUE VELADO EN EL ALTAR MAYOR DE LA CATEDRAL, y nadie le preguntara como se llamaba? ¿No hubo ningún periodosta que se le haya acercado, y le haya preguntado: "Oiga, Don, ¿usted como se llama??. Porque ese es otro de los misterios. No se saben sus nombres. Increíble.

Ya aquí podemos entender la endeblez de la fábula. Pero hay más pruebas que desmienten la mentira.

La Carroza Fúnebre que debia llevar los restos del General, era una copia, a menor escala, de la que llevó los restos de Lord Wellington. La del inglés tenía ocho ruedas, la de Don José, seis.

Esa carroza era tirada por dieciseis caballos negros, en parejas, enjaezados con plumajes, tambien negros.

Y aquí surge el detalle que creemos es el origen de la fábula...

Para llevar la carroza, se utilizarían ocho palafreneros, caminando al lado de cada pareja de caballos. ¿Pero que diablos es un palafrenero? Son esos mozos que llevan, caminando, del freno a la cabalgadura. Y aquí está el detalle fundamental, esos ocho hombres, serían ocho soldados del Regimiento de Caballería Nro 1, VESTIDOS DE GRANADEROS. O sea que no eran siete, sino ocho, y tampoco eran Granaderos.

¿Como sabemos esto? Porque una publicación del Diario La República, del 24 de mayo, lo informa. Era una directiva del Ministro de Guerra, el General Victorica.

Adjuntamos una copia de la publicación.

Pero, ¿no hubo Granaderos sobrevientes, presentes en los actos? Sí, los hubo. Pero no eran ignotos, tampoco hicieron guardia, sino que fueron invitados especialmente a las celebraciones. ¡Eran Tenientes Generales!. Como Eustoquio Frías, Esteban Pedernera y Gerónimo Espejo.

Y para desvirtuar totalmente esa mentira, invitamos a los amigos a concurrir a Catedral. Allí verán sólo a DOS Granaderos haciendo guardia. Nunca verán a SIETE. Los relevos, cada dos horas, lo realizan CINCO uniformados, a saber: un Suboficial, a cargo de la formación, dos escoltas y dos relevos. 

Es una linda fábula, pero ya desvirtuada totalmente con fundamentos históricos.

La Gloria del Regimiento de Granaderos, es tan, pero tan grande, que no necesita de cuentos edulcorados.

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