"CABRINI". La película

 

“CABRINI”

La película

Una vez más y siempre vigente, Francisca Javier Cabrini, emerge en la actualidad internacional, esta vez a través del séptimo arte, de la mano del filme dirigido por Alejandro Monteverde, el mismo director de “Sonido de la Libertad”.

En la película mencionada se proyecta parte de la vida y obra de esta extraordinaria mujer que visitó, la ciudad de Villa Mercedes en 1901 y se encargó de fundar y organizar uno de varios establecimientos educativos que formaron parte de su fructífera obra en la Argentina.

Sin embargo, llama la atención que en dicho filme no se exponga un aspecto fundamental de la personalidad y misión de Francisca Javier Cabrini: Su espiritualidad.

Desde el comienzo hasta el final se muestra a una mujer “empoderada”, que se enfrenta como tal, a todos los obstáculos y desafíos de “su época”, afrontando ese triple estigma: ser mujer, religiosa e inmigrante. A pesar de ello, con esfuerzo, inteligencia y tenacidad logra vencerlos. Pero en ningún momento se enseña, que ese poder no sólo proviene de su fuerza de voluntad y carisma personal sino fundamentalmente de su relación hipostática con el Sagrado Corazón de Jesús. Porque ante todo esa fémina de finales del siglo XIX era una mujer de fe.

No se puede de ninguna manera despojar a Francisca Cabrini de este poder interior, como el motor que impulsa todas sus acciones y proyectos. Pensar sólo en la “mujer” y mostrar a la religiosa desprovista de su creencia (sustentada en la oración o sea el diálogo de amor y entrega constante a su amadísimo Corazón de Jesús). Es desconocer “la esencia” de esta físicamente débil pero a su vez enérgica mujer.

En su libro “Pensamientos y Propósitos” describe precisamente esa sublime relación con su Amado Jesús Solía rezar, cuando ya había fundado su instituto: “Señor que el Instituto perezca antes que se debilite tu espíritu en él”. Decía frecuentemente que el Sagrado Corazón de Jesús hacía tan a prisa las cosas que ella no alcanzaba a seguirlo, o que ella era una simple “espectadora” ( ni siquiera instrumento) de las acciones y obras que realizaba, el “hacedor” siempre era el Sagrado Corazón de Jesús.

A pesar de esto, sólo en un breve pasaje de la película se menciona, por parte de la actriz protagonista, la frase bíblica inspiradora de Madre Cabrini, (que otrora utilizara el apóstol San Pablo), “Todo lo puedo en aquel que me conforta”.

Por otro lado no se cuentan los orígenes de Francisca: Su familia (padres, hermanos, tío), como tampoco los inicios de su vocación religiosa, porque todos estos pasajes biográficos se encuentran teñidos o están consustanciados con la religión católica.

El relato de su vida comienza en Codogno, ciudad italiana en la que funda en 1880, su Instituto de Misioneras del Sagrado Corazón (denominado al inicio Misioneras Salesianas del Sagrado Corazón).

Tampoco se menciona el nombre del Papa que la orienta en su misión a EEUU (León XIII). Cabrini con algunas religiosas, arriba a la ciudad de New York el 31 de marzo de 1889. Allí supuestamente encontrarían un orfelinato para atender a los huérfanos de los inmigrantes italianos que habían llegado a esa ciudad con un cúmulo de sueños y esperanza.

Estas omisiones se puedan explicar si analizamos quién o quienes financian la película y cuáles son sus propósitos. Indudablemente los productores y mecenas, imbuidos en el pensamiento y discursos sociales actuales, se han propuesto destacar o visibilizar la acción y obra de una hábil, arremetedora y visionaria mujer, en una sociedad machista y prejuiciosa. Por ende se enfatiza solamente el aspecto sociopolítico de la época, ocultando o reflejando escasamente el religioso. Más allá del hábito, aparece en escena sólo una enérgica y perseverante mujer, cuyos actos se confunden con los una trabajadora social o benefactora de los más necesitados.

En cuanto a los aspectos físicos de la actriz que caracteriza a la protagonista (Cristiana Dell´Anna) su complexión mediana y delgada se asemeja a la real pero debo destacar que la futura Santa poseía ojos claros (celestes), no oscuros y que es cierto que tenía una frágil salud, por haber padecido varias enfermedades desde joven, dolencias que ella misma describe en sus cartas; incluso ya en América al visitar a los indios Mizquitos contrae malaria, esta enfermedad deja secuelas en su cansado organismo.

Reproduzco la descripción de F.J. Cabrini que efectúa Juan De La Cioppa: “Mediana estatura, complexión delicada, suave y risueño el semblante; frente diáfana, cutis transparente; color sonrosado, casi encarnado, esparcido en las mejillas; dos ojos límpidos y penetrantes en los que parecía traslucirse su alma grande; dos manos delicadas, atrayentes en edificación si se unían para orar…”

En cuanto a la utilización de una imagen de Francisca sumergida en el agua, como recurso permanente, que irrumpe en el relato, supongo que hace referencia al temor que ella poseía al agua, dado que siendo niña casi se ahoga, en las aguas del río Vénera , en Livraga. Localidad en la que transcurrían sus vacaciones, porque allí vivía su tío materno Luis Oldini, párroco del lugar. Es muy conocida la anécdota que cuenta, que la pequeña, realizaba barcos de papel, llenándolos de violetas y los arrojaba al río, como si fueran futuros viajes de sus “misioneras”. En cierta ocasión se resbaló y cayó en las otrora caudalosas aguas de dicho río.

A pesar de su temor al agua, Cabrini cruzó 23 veces el océano, en los fatigoso, extensos y rudimentarios viajes de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Me parece sumamente interesante re significar esta escena, desde el punto de vista cristiano y pensar en “el agua” del bautismo, en la limpieza y transparencia que evoca el agua, o en su valor vital para la vida humana, conformada por un gran porcentaje de agua, no pudiendo el ser humano prescindir de la misma, cómo tampoco el cristiano del manantial de “agua viva” de su fe.

Merece destacarse la buena ambientación de la película, del vestuario, carruajes, escenarios.

A tal punto que este año 2024 ha sido nominada: mejor película norteamericana, mejor maquillaje y peinado, diseño de vestuario y Cristiana Dell´Anna mejor actriz.

Sin embargo debo aclarar que solamente se analiza su lucha y obra en Estados Unidos y simplemente se muestra un mapa al finalizar el filme, en el que se señala el resto de sus misiones en América, incluida la Argentina (sin detallar lugares) mencionándose una misión en China, que no la realiza Madre Cabrini (ya había fallecido) sino la Superiora que la sucede: Antonieta Della Casa.

No obstante todo lo expresado anteriormente, recomiendo la visualización de la película, porque refleja una mujer totalmente comprometida con su época y especialmente con los más desprotegidos, niños/as; mujeres invisibilizadas en una sociedad masculina y patriarcal. Asimismo transparenta la situación de los emigrantes que a través del tiempo sigue generando dolor y la impotencia del desarraigo e extrañamiento cultural y afectivo.

Los lugares en que debió vivir y desenvolverse Madre Cabrini y las hermanas que la acompañaron, fueron insalubres y miserables, los niños vivían en fétidas e insanas alcantarillas, se alimentaban del robo, la caridad o los desperdicios. Los inmigrantes (italianos en este caso) no podían atender sus dolencias por no poder acceder a los servicios de salud, no podían acceder al culto católico, por residir en un país mayoritariamente protestante, no podían reclamar, por desconocer la lengua inglesa muy diferente a su lengua materna. Todos estos obstáculos vencieron progresivamente las Misioneras del Sagrado Corazón.

Cabrini organizó orfanatos, creó hospitales, planificó acciones culturales y recreativas, que le permitieron generar recursos para concretar estas obras. Pero fundamentalmente las hermanas, brindaron una contención “emocional” a sus coterráneos, acompañándolos y devolviéndoles su dignidad humano-cristiana. Enfrentándose con las diferentes dimensiones del poder encarnado en diversos líderes.

Por ese motivo un siglo después de su nacimiento, Santa, Francisca va a ser declarada por el Papa Pío XII, “Patrona de los Emigrantes” (año 1950).

No puedo concluir este texto sin recordar que la primera fundación cabriniana en nuestro país, se realiza un 8 de mayo de 1896 cuando abre sus puertas el colegio para señoritas, “Santa Rosa” (denominación en agradecimiento y admiración a la Santa limeña), ubicada en pleno centro porteño. Luego de un fatigoso viaje en barco que realiza Francisca desde Panamá hasta Chile, cruzando a lomo de mula la cordillera de los Andes hasta Mendoza y desde esa provincia viajando en tren a Bs. As. acompañada por la desconcertada y exhausta hermana Clara.

Como dije al comienzo de estas páginas a Villa Mercedes arriba el 23 de mayo de 1901, a las 16:30 horas, después de un cansador viaje de 15 horas en tren. Tras un breve descanso salió, como era su costumbre, en busca de la morada que albergara a la futura comunidad; ese mismo día la encuentra y el 24 le hacen entrega de las llaves. El lugar de esa primera Escuela está señalizado por un alto relieve, en la ochava de las actuales calles Lavalle y Pringles.

Francisca Cabrini fallece el 22 de diciembre de 1917 en Chicago. Su corazón descansa en Codogno, donde fundó su Instituto y su cráneo donde reside la cabeza de la Iglesia Católica, Roma.

El 13 de noviembre, es la fecha en que se conmemora su vida y obra, por ser ese día del año 1938 en que es Beatificada, por iniciativa del Papa Pío XI y el 7 de julio de 1946 Canonizada o sea elevada a la categoría de Santa, por el Papa Pío XII.

Para concluir este relato, deseo expresar que es un honor para mí como mercedina y misionera laica cabriniana, vivenciar que la obra de Cabrini no permanece en el olvido, todo lo contrario, inspira y moviliza a través del tiempo a diferentes personas, en este caso particular a los creadores de esta película.

Y también saber que ella transitó por las calles de nuestra ciudad, se relacionó con las vecinos de comienzos del siglo XX, participando de las misas en la Iglesia de Nuestra Señora de La Merced, oficiadas por el padre Felix Gómez y del acto cívico del 25 de Mayo en la plaza del Progreso, degustando el clásico chocolate con pastelillos, mientras realizaba cotidianas pláticas con los parroquianos que la distraían momentáneamente de sus ambiciosos desafíos, confiada en el impulso, la ayuda y protección de su amado Jesús.-

                                                                           Lic. Stella Maris Curti

Fundación en la Argentina

La propuesta de fundar una nueva casa en Argentina, surgió cuando una Sra. Llamada Mercedes de la Reta (quien acompañaba a Madre Cabrini en un viaje de Italia a Bs. As), le propuso ofrecer parte de su patrimonio para establecer un colegio en Mendoza, su ciudad natal.

La Madre luego de su arribo a Bs. As. envió a dos Hnas. a Mendoza para dialogar con la mencionada Sra. e informarle de lo actuado. Después de permanecer 40 días en la ciudad cuyana las misioneras deben emprender el regreso, debido al cambio de parecer de la donante.

Los insondables planes del Señor hicieron que estas dos religiosas, Costanza Cambieri y Ana Lombardi, llegaran a nuestra ciudad el trece de abril de 1901, encaminando sus primeros pasos hacia la Parroquia presidida por el R. P. Félix Gómez luego de asistir a la Santa Misa el religioso les ofrece recomendaciones y cartas de presentación para las familias católicas y de mayores recursos residentes en la Villa. Alojándose provisoriamente en la casa de Mercedes Ortiz de Ramallo.

Madre Cabrini, quien se encontraba en Rosario efectuando una nueva fundación. Motivo por el cual arribó a nuestra ciudad,


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